domingo, 11 de julio de 2010
Hay ocasiones a lo largo de nuestra vida, en las que nos quedamos sin palabras, sin razón, sin oidos, sin ver, sin piel, es tan grande el impacto de lo vivido, que no sabemos por donde seguir, ni siquiera sabemos si tendremos la fuerza de seguir.
Pero en ese momento de desesperación hay un instante de sabiduría, que nos dice, NADA, ya todo ha sido dicho, pensado, visto, oido, llorado, sólo resta la NADA, para así poder descansar en nuestro SER, y darnos el tiempo necesario para recomponernos, recrearnos.
Para esos momentos nos puede ser útil:
* Pedir asistencia a lo supremo.
* Ser compasivos con nosotros y buscamos silenciar la mente
* OM MANI PADME HUM (el mantra de la compasión nos ayudará)
* Esto nos llevará a poder descansar en nuestro Ser.
Pero en ese momento de desesperación hay un instante de sabiduría, que nos dice, NADA, ya todo ha sido dicho, pensado, visto, oido, llorado, sólo resta la NADA, para así poder descansar en nuestro SER, y darnos el tiempo necesario para recomponernos, recrearnos.
Para esos momentos nos puede ser útil:
* Pedir asistencia a lo supremo.
* Ser compasivos con nosotros y buscamos silenciar la mente
* OM MANI PADME HUM (el mantra de la compasión nos ayudará)
* Esto nos llevará a poder descansar en nuestro Ser.
La Sabiduría del Silencio Interno
Si no tienes nada bueno, verdadero y útil qué decir,
es mejor quedarse callado y no decir nada.
Habla simplemente cuando sea necesario.
Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca.
Sé breve y preciso.
Aprende a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.
Con el poder mental tranquilo y en silencio,
simplemente permite una comunicación sincera y fluida.
Nunca hagas promesas que no puedas cumplir.
No te des mucha importancia, y sé humilde,
pues cuanto más te muestras superior, inteligente y prepotente,
más te vuelves prisionero de tu propia imagen
y vives en un mundo de tensión e ilusiones.
Sé discreto, preserva tu vida íntima,
de esta manera te liberas de la opinión de los otros
y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible.
No te comprometas de manera precipitada.
Toma un momento de silencio interno
para considerar todo lo que se presenta
y toma tu decisión después.
La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen “sí”,
porque saben que ese “sí” no es sólido y le falta valor.
Si realmente hay algo que no sabes,
o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo.
El hecho de no saber es muy incómodo para el ego
porque le gusta saber todo, siempre tener razón
y siempre dar su opinión muy personal.
No compitas con los demás.
Ten confianza en ti mismo,
preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación de los otros.
Ayuda a los otros a percibir sus cualidades,
a percibir sus virtudes, a brillar.
Evita el hecho de juzgar y de criticar.
Cada vez que juzgas a alguien
lo único que haces es expresar tu opinión muy personal
y es una pérdida de energía, es puro ruido.
El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.
Juzgar es una manera de esconder las propias debilidades.
Deja que cada quien resuelva sus propios problemas
y concentra tu energía en tu propia vida.
Ocúpate de ti mismo, no te defiendas.
Cuando tratas de defenderte
en realidad estás dándole demasiada importancia
a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión.
Si aceptas no defenderte
estás mostrando que las opiniones de los demás no te afectan,
que son simplemente opiniones
y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz.
Tu silencio interno te vuelve impasible.
Haz regularmente un ayuno de la palabra para volver a educar al ego
que tiene la mala costumbre de hablar todo el tiempo.
Practica el arte de no hablar.
Toma un día a la semana para abstenerte de hablar.
O por lo menos algunas horas en el día
según lo permita tu organización personal.
Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar
y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial,
dejando aparecer la luz de tu corazón
y el poder de la sabiduría del silencio.
Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas
para realizarte y liberarte completamente.
Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya.
El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio.
Si tu ego se impone y abusa de este poder
el mismo poder se convertirá en un veneno,
y todo tu ser se envenenará rápidamente.
Quédate en silencio, cultiva tu propio poder interno.
Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo.
No trates de forzar, manipular y controlar a los otros.
Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son,
o lo que tienen la capacidad de ser.
Si no tienes nada bueno, verdadero y útil qué decir,
es mejor quedarse callado y no decir nada.
Habla simplemente cuando sea necesario.
Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca.
Sé breve y preciso.
Aprende a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.
Con el poder mental tranquilo y en silencio,
simplemente permite una comunicación sincera y fluida.
Nunca hagas promesas que no puedas cumplir.
No te des mucha importancia, y sé humilde,
pues cuanto más te muestras superior, inteligente y prepotente,
más te vuelves prisionero de tu propia imagen
y vives en un mundo de tensión e ilusiones.
Sé discreto, preserva tu vida íntima,
de esta manera te liberas de la opinión de los otros
y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible.
No te comprometas de manera precipitada.
Toma un momento de silencio interno
para considerar todo lo que se presenta
y toma tu decisión después.
La gente no tiene confianza en aquellos que muy fácilmente dicen “sí”,
porque saben que ese “sí” no es sólido y le falta valor.
Si realmente hay algo que no sabes,
o no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo.
El hecho de no saber es muy incómodo para el ego
porque le gusta saber todo, siempre tener razón
y siempre dar su opinión muy personal.
No compitas con los demás.
Ten confianza en ti mismo,
preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación de los otros.
Ayuda a los otros a percibir sus cualidades,
a percibir sus virtudes, a brillar.
Evita el hecho de juzgar y de criticar.
Cada vez que juzgas a alguien
lo único que haces es expresar tu opinión muy personal
y es una pérdida de energía, es puro ruido.
El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.
Juzgar es una manera de esconder las propias debilidades.
Deja que cada quien resuelva sus propios problemas
y concentra tu energía en tu propia vida.
Ocúpate de ti mismo, no te defiendas.
Cuando tratas de defenderte
en realidad estás dándole demasiada importancia
a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión.
Si aceptas no defenderte
estás mostrando que las opiniones de los demás no te afectan,
que son simplemente opiniones
y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz.
Tu silencio interno te vuelve impasible.
Haz regularmente un ayuno de la palabra para volver a educar al ego
que tiene la mala costumbre de hablar todo el tiempo.
Practica el arte de no hablar.
Toma un día a la semana para abstenerte de hablar.
O por lo menos algunas horas en el día
según lo permita tu organización personal.
Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar
y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial,
dejando aparecer la luz de tu corazón
y el poder de la sabiduría del silencio.
Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas
para realizarte y liberarte completamente.
Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya.
El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio.
Si tu ego se impone y abusa de este poder
el mismo poder se convertirá en un veneno,
y todo tu ser se envenenará rápidamente.
Quédate en silencio, cultiva tu propio poder interno.
Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo.
No trates de forzar, manipular y controlar a los otros.
Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son,
o lo que tienen la capacidad de ser.
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